La Nana de AI Yazawa es un poco lenta, pero el resultado vale la pena el tiempo invertido. Unos volúmenes, se vuelve increíblemente adictivo. Al igual que muchas series de manga en estos días, el primer volumen es el prólogo, que conduce a una simple premisa. Dos chicas llamadas Nana vienen a Tokio para seguir sus sueños y en busca de amor; Terminan habitando y aprendiendo unos de otros.
El volumen uno está compuesto por dos historias, cada una introduciendo una NANA diferente. El primero, ingenuo nana, es en gran medida promedio, sin características distintivas, excepto su boyceziness. Ella se enamora al instante con elecciones muy inapropiadas. Cuando se abre el libro, está siendo abandonada por el hombre casado con el que ha estado durmiendo.
Más inquietantemente, no tiene impulso ni propósito en la vida además de estar enamorado. Nana se refiere constantemente a su nombre de mala suerte y al pobre presagio del número 7 y al “Demonio Lord” que la ha maldeciendo sin razón conocida. Sus amigos piensan que está bromeando, pero ella lo dice de una de esas formas “ha solo serias”. Está buscando cualquier cosa a lo que aprovecharse para no responsable de su propia vida.
La mejor amiga Jun quiere ir a Tokio a la escuela de arte, y como Nana cree que puede conocer a los niños allí, lo acompaña. Pronto conoce a Shoji, y después de confusión sobre si es capaz de tener un amigo masculino (no) y algunas noches borrachas, está involucrada con Shoji y tratando de encontrar su camino a Tokio para seguir a sus amigos.
La aceptación casual de las relaciones de Nana basada en nada más que fisicalidad es inquietante, especialmente su aventura con el hombre casado. Ese emparejamiento se basó en nada más que sexo, y la incapacidad de Nana para comprender cómo la usaban me hace difícil identificarla o incluso comprenderla. En resumen, ella es una idiota (o, como una amiga mía la llama, la “Wishy Washing Wimpy”). Pero ahí es donde ella comienza.
Afortunadamente, la autora le da suficiente suerte para sobrevivir, y mientras leo más sobre ella, su conmovedora fe en el futuro está comenzando a crecer para mí. Cuando llega a Tokio en el libro dos, se topa con un gran trabajo y casualmente se encuentra con el segundo Nana.
Que Nana, una cantante y punk rocker, es el tipo de personalidad fuerte de la que Nana necesita aprender. Cuando el novio del músico Nana es recogido por una banda de Tokio en ascenso, se niega a seguirlo hasta que pueda hacerlo en sus propios términos. Está decidida a cuidarse sola, incluso si requiere sacrificios. Las dos nanas se encuentran por primera vez en el tren a la gran ciudad, donde ingenua Nana derrama sus entrañas al punk más reticente Nana. Aunque la misma edad, los dos parecen ser de generaciones completamente diferentes en su temperamento y actitudes.
Al igual que la serie de manga anterior de Ai Yazawa, Paradise Kiss, un tema subyacente aquí es que la familia que construye y elige es mejor que la que naces. Nana Nana es una niña intermedia en su mayoría ignorada, y Punk Nana era un huérfano criado por una abuela dura. Los dos han hecho pequeños grupos de amigos cercanos con intereses compartidos para apoyarlos.
También similar a Parakiss, aquí la moda juega un papel importante, con los personajes con atuendos queridos y siempre conscientes de su aspecto. Estas chicas mezcladas son hermosas a la vista, y los chicos aún más. Cada volumen me sorprende en donde Yazawa va con este enfoque de ratones de ciudad/país, y sus relaciones rápidamente se vuelven más fascinantes de lo que imaginaba.
En el volumen tres, Nana Nana se enciende después de escuchar a Punk Nana Sing. Nana Nana quiere ayudar a Punk Nana a alcanzar su sueño. Eso significa encontrar compañeros de banda. Una vez más, ingenua Nana está tomando a quienes la rodean para vivir la vida para ella, y aunque podría ser útil, todavía está posponiendo sus propias necesidades y sueños (lo que ni siquiera reconoce).
Nana ingenua también está arriesgando cosas que le importan debido a su propio egoísmo. Ella quiere decir bien, pero todavía tiene el egocentrismo de un niño, pensando solo en sí misma y en lo que quiere y necesita. El resultado es un novio que puede verse tentado en otro lugar, y más drásticamente, no hay dinero para pagar el alquiler.
Esa crisis se evita por una inesperación inesperada, que ilustra una de las cosas que este título hace tan bien: nadie hace lo que se supone que deben hacer. Un miembro de la banda elige arte incierto en su carrera estable. El jefe del trabajo de ensueño de Nana se desprende y hace cambios. Los padres de Nana le dicen algo completamente sorprendente para ella. El resultado de estos giros es una sorpresa honesta tanto para los personajes como para el lector. Hay muy pequeño status quo, al igual que la vida, que mantiene el viaje emocionante. Y en una situación como esa, la inestabilidad ingenua de Nana, la forma en que va con el flujo y cambia sus opiniones a diario, puede ser más un activo que un problema.
En el volumen cuatro, las cosas han comenzado a cambiar. Nana Nana tiene un nuevo trabajo, una nueva visión de las relaciones y una nueva actitud sobre cómo la vida puede no ser tan fácil de superar. Punk Nana está llenando mucho onullnull